Cancún, 15 de mayo – Quintana Roo tiene muchas necesidades que atender, una de ellas es la inseguridad que lastima y preocupa a la población, considerar como “urgente y de obvia resolución” la derogación de la Ley de Imagen Institucional para el Estado de Quintana Roo es una falta de respeto para la sociedad y un preocupante giro hacia el culto a la personalidad.

La identidad y la cohesión social se construye cuando un gobierno verdaderamente atiende las necesidades de la población, no pintando de guinda y de verde la infraestructura estatal.

Si el gobierno estatal quiere comunicar “de manera efectiva sus acciones y logros a la ciudadanía”, primero debe resolver las problemáticas que viven los ciudadanos quintanarroenses, antes de pensar en impulsar su propaganda.

Lo que sucedió ayer en el Congreso del Estado de Quintana Roo es un retroceso legislativo, abrogar la Ley de Imagen Institucional Vigente generará inequidad, abre la puerta al culto a la personalidad, generará un gasto no planeado en el presupuesto estatal y causará más incertidumbre en el proceso electoral actual.

Aplicar la mayoría legislativa debe ser para solucionar los problemas que aquejan a Quintana Roo, no para cumplir caprichos políticos que no benefician ni mejoran la calidad de vida de nuestro estado.